Si este hombre necesitaba alguna otra prueba más de que la amiga de su hijastra quería tema con él, ese día le quedó completamente claro cuáles eran las intenciones de esa mocosa. El caso es que la chica llamó al timbre de su casa y cuando salió el tipo, ella estaba con un dedito metido en el culo mirándolo con una cara de zorra impresionante. De vez en cuando saboreaba el dedo y se lo volvía a meter en su estrecho ano, dejándole claro que quería que se la follara por el culo. No tuvo que insistir mucho obviamente para ponerlo más caliente que el puto infierno.