A esta empleada treinteañera la acaban de dejar en el paro; por ende, su caro alquiler en un piso del centro se le hace difícil de pagar por ahora. Tiene que hablar con su casero, que es un cerdo que babea cada vez que ve a esta tetona latina; así que no le extrañó que le pidiera que a cambio de dinero, le practicara sexo oral. Bueno, puestos a convertirse en una mamona por dinero, la preciosa milf se empleó a fondo; se convirtió en toda una garganta profunda, intentando así que al menos le rebaje un par de meses.