Muchos pasajeros de esta línea de tren se quejan de que hacen muchas paradas; y que además, estas son de largan duración. Claro que no saben que es por culpa de la joven azafata y el conductor del tren, trabajadores habituales que han descubierto que el sexo entre ellos es explosivo. Todo empezó un día en que sí que hicieron una parada obligatoria, y cachondos perdidos echaron uno rapidito escondidos en el baño. Pero a partir de ahí ya no se cortaron; y como a ella le pica su coño caliente con mucha frecuencia, su amante no duda en parar el tren para darle alivio, y correrle el coño, si puede ser.