Los padres de la chica japonesa habían muerto en un accidente de coche, y a ella no le extrañó que el mejor amigo de su padre la invitara a quedarse en su casa. El hombre era soltero, y ella se acababa de quedar sola en la vida; era de buena persona el echarle una mano. Pero no pensaba que el tipo era un maduro depravado, que vio la ocasión de vivir con una jovencita… y de follarla si se terciaba. De hecho, no tardó ni diez minutos a su llegada en empezar a seducirla, quitarle la bragas y probar su coño peludo. Ella no sabía si negarse y quedarse de nuevo en la calle, o aceptar como si fuera una puta. Pero mientras lo pensaba, el viejo consiguió que su chocho mojado estuviera a un paso del orgasmo. Así que acabó corriéndose y chupándole la polla, para que se corriera él.