Mira esta mujer: alta, rubia pero la verdad es que un poco demasiado flaca. Que oye, a su marido le gusta así, pero entonces se le ocurrió pedirle un regalo de cumpleaños especial: hacerse un aumento de pecho. Él al principio era un poco reacio; por eso, cuando llegó el momento, ella se fue a la clínica sin decir nada, y se hizo esa operación a traición. Se presentó ante su esposo con las tetas operadas, unas buenas tetazas, por cierto. Y es que sabía que en cuanto el tío viera su aumento de talla de tetas iba a alucinar. Ahora no deja de decir que le encantan, que adora agarrarse a algo mientras la folla varias veces al día.